El papa Francisco denunció hoy en Perú a la corrupción como "un flagelo social en los países latinoamericanos" al hablar en el palacio de Gobierno de Lima frente a las autoridades políticas de un país que atraviesa un escándalo de coimas por el caso Odebrecht.
Ante el presidente Pedro Pablo Kusczynski, el Papa detalló que "trabajar para defender la esperanza exige estar muy atentos a esa otra forma, muchas veces sutil, de degradación ambiental que contamina progresivamente todo el entramado vital: la corrupción",
A fines del año pasado, Kuczynski evitó por pocos votos ser sometido a un juicio político, luego de que reconociera que en su época de ministro una firma a la que estuvo vinculado recibió dinero de Odebrecht, la constructora brasileña que confesó el pago de coimas a políticos de toda la región.
Sus predecesores Ollanta Humala (con prisión preventiva), Alan García (investigado) y Alejandro Toledo (prófugo de la justicia en Estados Unidos) también aparecen ligados a los casos de sobornos en el país, destacó Télam.
"Lo que se haga para luchar contra este flagelo social merece la mayor de las ponderaciones y ayudas y esta lucha nos compete a todos", animó Francisco a las autoridades peruanas
"Unidos para defender la esperanza, implica mayor cultura de la transparencia entre entidades públicas, sector privado y sociedad civil. Nadie puede resultar ajeno a este proceso; la corrupción es evitable y exige el compromiso de todos", convocó Bergoglio.
Tras el discurso, Bergoglio y Kuczynski se reunieron en privado durante veinte minutos, aunque no trascendió el contenido del encuentro.
Además, en continuidad con su defensa del medio ambiente frente a los pobladores de la Amazonía, Francisco pidió a las autoridades locales "escuchar, reconocer y respetar a las personas y a los pueblos locales como interlocutores válidos".
"Ellos mantienen un vínculo directo con la tierra, conocen sus tiempos y procesos y saben, por tanto, los efectos catastróficos que, en nombre del desarrollo, están provocando muchos proyectos", exigió.